El efecto halo hace que cuando vemos o encontramos una característica positiva en una persona tenderemos a pensar que tiene más características positivas. Pero el problema es que también pasa al contrario, cuando alguien hace algo negativo o tiene una característica que consideras negativa, comienzas a verlo de esta forma negativa, pasando por alto cualquiera que contradiga esta primera impresión. En esto se basan la importancia de las primeras impresiones.
Y aunque esta era la reflexión principal que quería dejar hoy, mientras la escribía me estaba acordando de otra cosa relacionada. Por muchas cosas positivas que hagas, una sola negativa desbancará todas. Y aunque siempre digas la verdad, si una sola vez te pillan en una mentira, cambiará el concepto que de ti tengan pensando que quizás allá más mentiras y comenzarán a dudar.
¿Siempre? No tiene porqué pero es lo que prima.
Una sola cosa negativa puede cambiar toda una impresión positiva, porque lo bueno se da por hecho que se tiene que hacer así y apenas lo reforzamos, ¿pero lo malo? Basta un pequeño ápice de ello para que queramos correr a castigar al “malhechor”
Piensa en ello, no solo en cómo los demás actuarán contigo, sino como tú lo haces con los demás y cómo los juzgas…
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El amor consiste en un intercambio de conductas reforzantes. Es decir, consiste en dar y recibir cosas, momentos, gestos… que nos son placenteros. Cuando esto disminuye, cuando ya no hay cariño, o gestos que lo demuestren, cuando no hacemos conductas gratificantes para ambos, cuando no pasamos juntos tiempo de CALIDAD, podemos decir que el amor… comienza a desaparecer. Por duro que sea es así. Si no regamos nuestro amor, como lo haríamos con una planta, lo más seguro es que se marchite, como lo haría una planta.La manera de regar nuestro amor es pasando juntos tiempo de calidad, donde los dos disfrutéis. Y dado que no somos exactamente iguales y no nos gusta lo mismo, en ocasiones también hemos de esforzarnos por hacer que el otro este a gusto aunque a mí esto me guste menos. En otra ocasión ocurrirá al contrario.
Por otro lado, tampoco centrar toda nuestra vida en nuestra pareja. Es un error, pues absorbemos la relación. Ya no solo estamos con la pareja para determinados momentos, ya no nos guardamos los momentos positivos para nosotros, sino que lo hacemos todos juntos. De aquí viene esa frase de “Se nos acabó el amor de tanto usarlo”. Pues es cierto, podemos llegar a agobiarnos, a trivializar la relación, a no valorar los momentos que pasamos juntos, porque ya, ya no son momentos de calidad, simplemente son momentos, es rutina, y ya ni nos satisface ni nos llena.
Por ello tenemos que tener también actividades externas a la pareja, hobbies, momentos para nosotros, cosas que nos hagan “fluir” es decir, sentirnos a gusto y completos por nosotros mismos sin necesidad de que sea en pareja. Esto es simplemente dedicar tiempo a la pareja y a nosotros mismos de manera individual. Preparar actividades en pareja pero también nosotros solos o con amigos por nuestro lado. No podemos tampoco regar a una planta de manera continua o al final la ahogaremos.
Ahora que hemos entendido la importancia del refuerzo en el amor, y por ello en una relación de pareja ¿qué es lo que debemos hacer?
Organizar mi tiempo conjuntamente con mi pareja.
Buscar y Planificar juntos actividades recompensantes, placenteras para los dos.
Programar cuando y cómo se llevarán a cabo dichas actividades.
Planificar el resto de mi tiempo de manera individual, buscando hobbies y actividades que me supongan también un disfrute.
Poner en común aquello que hacemos. Comunicándonos más y mejor. Este será nuestro siguiente apartado.
Cada día acuden a mi consulta y a mis clases más padres preocupados porque sus niños, o incluso no ya tan niños, tienen problemas de concentración tanto en casa como en el colegio. Cada día son más los diagnósticos que se hacen de esta problemática. Tantos, que incluso se puede pensar que es un modo de callar a ese niño intranquilo, a ese niño revoltoso, o difícil de controlar en clase. A veces me da la impresión, que solo es una excusa para tomar una medicación que aplacará esa actividad de dicho niño, y hará que sea más fácil de manejar.
Psicólogo en Salamanca Sara Moreno Pelaz Terapia Cognitivo-Conductual – Técnicas de Estudio
Vamos a ahondar un poquito más de mano de investigaciones y trabajos que pretenden descubrir las implicaciones tanto del problema como del diagnóstico.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno controvertido. Sus principales características son la inquietud y la dificultad para concentrase en tareas complejas y durante largos períodos de tiempo. Es decir, lo que sería la atención sostenida. Por estos motivos, a menudo se “detecta” en el ámbito educativo, en los centros escolares.
No obstante, y dejando de lado las opiniones personales, que sobre este tema, son un millón, la comunidad científica ha alertado sobre el riesgo del sobrediagnóstico y de la sobremedicación, que lleva asociados dicho diagnóstico. Que además, y por si esto fuera poco, ha recibido numerosas críticas acerca de su validez, tal y como ha informado el propio Colegio Oficial de Psicólogos de España.
Un nuevo estudio publicado en International Journal of Qualitative Studies on Health and Well-Being ha puesto de relieve los conceptos comunes pero erróneos que hay en la comunidad educativa en torno al TDAH, con el objetivo de concienciar a la reflexión y otros medidas alternativas a la medicación, que se puede implementar en las aulas para mejorar los comportamientos que dichos niños puedan presentar.
Allen Frances, presidente del grupo de trabajo del DSM-IV, o lo que es lo mismo, el manual de diagnóstico en psicología, y autor de este estudio entre otros, expone que la explicación médico biológica del TDAH es la que más está extendida entre el profesorado. Y con ello, los profesores cambian su método de trabajo con los niños, transfiriendo la responsabilidad de la conducta del niño del sistema escolar, al sistema sanitario. De esto modo se entiende que ese problema médico individual impide la puesta en marcha de soluciones educativas que puedan funcionar para generar un ambiente de aprendizaje atractivo y propicio para mejorar su conducta. Teniendo en cuenta todo esto, y las creencias popularmente extendidas, los autores del artículo advierten que:
Psicólogo en Salamanca Sara Moreno Pelaz Terapia Cognitivo-Conductual
El TDAH es a menudo confundido con inmadurez propia del desarrollo normal. Es decir, los niños más pequeños y por ello más revoltosos, y enérgicos, aquellos que les cuesta más mantener la atención por causas completamente naturales, son erróneamente diagnosticados como niños con TDA.
Ser diagnosticado de TDAH no explica la causa del problema ni implica la existencia de una enfermedad biológica subyacente. Se entiende el TDAH como la causa del comportamiento, no siento esto así, pues es simplemente la definición del problema. Hasta la fecha no hay ningún marcador biológico, ni prueba objetiva que pueda establecer la presencia o ausencia de dicho problema. Por lo que la categorización de un conjunto de comportamiento no implica la existencia de una enfermedad subyacente. Por ello se anima a tener presente los factores ambientales que puedan estar influyendo en su comportamiento para buscar la causa, y no dar por hecho que la causa es la existencia del problema. Estos factores ambientales pueden ser por ejemplo: divorcio de los padres, pertenencia a una familia monoparental, abuso sexual en la infancia, problemas de sueño, determinados hábitos alimenticios, el uso de teléfonos móviles, poca exposición a la luz solar.. es decir de lo más variopintos; no pudiendo descartarlos sin haberlos evaluado.
El cerebro del niño con TDAH no es diferente del cerebro normal.Se advierte pues que el peso del componentes genético en este trastorno se ha exagerado en la literatura científica.
Los estimulantes no han demostrado su eficacia a largo plazo.Es decir, los medicamentos para el TDAH no son eficaces a largo plazo, o de otro modo, los estudios han demostrado que no hay diferencias significativas entre los niños con TDAH medicados y los niños con TDAH no medicados, e incluso se han llegado a encontrar peores resultados y efectos adversos, después de varios años, tras el consumo de la medicación.
El diagnóstico de TDAH conlleva serias desventajas para el desarrollo potencial del niño, como el efecto Pigmalion. Es decir, al ser diagnosticado de dicho trastorno las expectativas tanto de profesores como padres sobre las posibilidades del niño disminuyen, las cuales se convierten a su vez en profecías autocumplidas (efecto Pigmalion), además del prejuicio y estigmatización que conlleva sentirse enfermo o diferente. El efecto Pigmalion viene a decirnos que acabaremos actuando así como pensemos, es decir, si los padres creer que el niño no puede dar más de sí, puede ser que no le exijan más, no le alaben por sus méritos pues no les parezcan suficientes, se justifique determinado fracaso en base a dicho problema… y esto terminará por hacerle creer al niño que “él no puede”, que por su problema no puede conseguir nada mejor, y por ello disminuirá la lucha, y finalmente es esto lo que conseguirá claro. Pero no porque realmente no pueda, sino porque al creer que no puede ha dejado de luchar, y sin luchar, no se puede conseguir, pero ni él, ni nadie. Por tanto aplicar estos estereotipos hace que los niños padezcan baja autoestima, propia autoestigmatización junto a disminución de su autoeficacia. Este enfoque pues no motiva el cambio, ni propicia una mejoría en el niño, sino que lo que consigue es “conformarse con lo que nos ha tocado”.
Determinados cambios ambientales: incrementar la actividad física, fomentar el aprendizaje lúdico y reducir el número de alumnos por aula son eficaces en un 20% de los casos. Pero si además todo esto no solo se realiza en la escuela sino también en casa, el porcentaje probable o seguramente aumentará. Si las dificultades de concentración se tienen en tareas aburridas y largas, aprender un nuevo método de estudio también ayudará, un método que sea ameno, y que los niños se mantengan activos llevándolo a cabo. Antes de juzgarlo de manera negativa, ¡pruébalo!
Psicólogo en Salamanca Sara Moreno Pelaz Terapia Cognitivo-Conductual
Fuente: Aída de Vicente y Cristina Castilla para Infocop. (Te Meermam, S., Batstra, L,. Grietens, H., & Frances, A. (2017). ADHD: a critical update for educational profesionals, International Journal of Qualitative Studies on Health and Well-Being.)
Día tras día vemos en consulta niños miedosos, vergonzosos, tímidos, inseguros, incapaces de hacerse respetar… y no solo niños, sino también adolescentes y adultos, pues si no cambiamos esta forma de ser cuando somos pequeños, suele permanecer y pasar a convertirse en lo que somos, en parte de nuestra personalidad ya forjada.
Psicóloga Cognitivo-Conductual Sara M Pelaz, en Salamanca
Cuando son niños los que acuden a consulta no solo tenemos que trabajar con ellos, sino con los padres, y de hecho, el trabajo con los padres es el verdaderamente esencial, pues hemos de enseñarles a tratar al niño y por tanto educarle de un modo diferente, haciéndole más seguro de sí mismo, más independiente y más fuerte.
Cuando son adultos los que acuden, tenemos que ir atrás en nuestra historia, tenemos que ahondar en la educación que recibimos de pequeños para de ella partir y comenzar un cambio profundo que no será corto, ni tampoco pan comido.
Parece por tanto, que la educación que recibimos de pequeños es desde luego importantísimo para nuestro posterior desarrollo, y el de nuestra personalidad. Por ello vamos a ver como hay estilos educativos más beneficios y otros menos, y que es lo que como padres o educadores, debemos hacer.
Los niños se han convertido en el centro neurálgico de nuestras casas. Antiguamente eran tratados de manera más indiferente, siendo como por ejemplo dice mi abuela “el último mono de la casa”, sin embargo, ahora son los líderes de la manada.
Los padres actualmente están dispuestos a actuar como superpapás cuya misión principal es darles el máximo posible a sus hijos, cueste lo que cueste: los mejores colegios, mejores actividades extraescolares, mayor número de experiencias, lo último en aparatos electrónicos… el objetivo es que estén sobradamente preparados para el futuro.
Sin embargo, este modelo de vida puede resultar agotador para los niños, pues conlleva horarios diarios frenéticos, y muchas experiencias a nivel académico y social. Incluso también resultará agotador para los padres que habrán de compaginar su vida con la además intensa agenda de sus hijos.
Además de todo ello, el modelo educador que los padres seguimos es un modelo muy sobreprotector, donde el padre hace todo por su hijo, allana el camino para que no se tropiece con dificultades, le lleva de la mano a cualquier dificultad que pueda surgir, le elimina esa dificultad si fuera posible… y aunque todo ello parece positivo, sin darse cuenta, está haciéndole ver al niño lo necesitado que es de un padre que le guíe, le ayude y le quite las piedras del camino. De modo que poco a poco estaremos haciendo que el niño no se sienta capaz de hacer las cosas por sí mismo, estaremos consiguiendo que el niño tenga una dependencia de sus padres, y él solo, se vea perdido.
Consecuencias del estilo de crianza Sobreprotector
Coarta la adquisición de autonomía o independencia. El mensaje que le damos al niño, al llenar su vida de algodones, ayudarle con cualquier contratiempo, incluso hacer los deberes con él, es que “tú solo no puedes”. Además y por si fuera poco, si alguien está impidiendo que nos equivoquemos como niños, impide aprender de los errores, impide aprender a afrontarlos y a partir de ellos; algo clave en el desarrollo personal.
Promueve la tiranía y el tener derecho a todo. El psicólogo Michael Yapko, experto en depresión, opina que la familia que evitar responsabilidades a sus hijos puede crear el clima ideal para que el niño desarrolle trastornos en la adolescencia. Así mismo la psicóloga Madeline Levine alerta sobre que la atención desmedida a los hijos puede generar que terminen siendo niños narcisistas y con autocomplacencia excesiva.
Favorece la aparición de miedos.La sobreprotección impide que sean ellos quien se enfrenten a lo que temen, de manera que estamos evitando la principal forma de superación de miedos.
Por todo ello hay que darles responsabilidades y espacio para que se desarrollen sin nuestra constante supervisión, darles nosotros confianza para que ellos mismos desarrollen confianza en sí mismos“si mamá me ha dejado solo es porque cree que puedo hacerlo yo, ¡igual sí que puedo! ¡Vamos a intentarlo!. Tenemos que hacerles entender que tienen derechos y deberes, y que sin los unos, los otros no son posibles; y educar la valentía, la capacidad de esfuerzo, y la tolerancia a la frustración, algo que este modelo de hiperpaternidad olvida, pero que es cada vez más necesario.
La solución es “dejarles a su aire”.
Psicología Cognitivo-Conductual en Salamanca. Psicóloga Sara Moreno Pelaz
Como padres hay que empezar a relajarse.
Observar sin intervenir.No consiste en observar como el niño está a punto de despeñarse y quedarse quieto, sino que supone no anticipar posibles contratiempos futuros, y no ponerse de los nervios ante cualquier posible malestar del niño. Solo hemos de intervenir si la observación nos dice de forma contunde que hemos de hacerlo pues algo está pasando. Si no es así, podemos crear problemas donde no los hay, pues en ocasiones basta tan solo poner una etiqueta a una persona para que ésta comience a actuar en base a a esa etiqueta, y más en los niños. Por ejemplo, llamar a un niño vago y estar encima de él para que recoja las cosas, para que haga los deberes, o para que se ponga en marcha, mientras le repetimos que es un vago y un perezoso, le hace entender que así es y por tanto ha de actuar como tal. Sin darnos cuenta estamos haciéndolo creer que él es de un modo y por ello ha de actuar acorde a ello. Cuando otra vez piense que ha de hacer los deberes él mismo pensara “pero soy un vago… ¡ya lo haré!”, y quizá el niño no era un vago, quizá no hacia las cosas más rápidas o en el momento en el que se lo pedíamos por un motivo, quizá él prefería que lo hiciéramos con él, pues es a lo que estaba acostumbrado, a que siempre estuviéramos con él..
Dar más responsabilidades.A fin de conseguir que los niños brillen en el ámbito académico, los padres hablan con los profesores, llegando a enfrentarse a ellos si fuera necesario, supervisando sus deberes, haciéndolos con ellos, o haciéndoselos directamente. Y en casa, nada de participar en las tareas domésticas, ya que con tanta actividad extraescolar, los niños están tan cansados y son tan especiales que no tienen tiempo para este tipo de menesteres. Estamos creando adultos “inútiles” en determinados ámbitos, y disculpad la palabra pues tampoco es la adecuada; y al hilo de ella, nunca, nunca deberíamos decírsela a nuestros hijos, ni a nadie si me apuráis. Conviene comenzar a darles responsabilidades, empezando por tareas fáciles, como puede ser alguna tarea de casa, pues aunque no lo hagan perfecto e incluso tengamos que ir detrás de ellos rehaciéndolo (pero por favor, que no se den cuenta claro), ellos comenzarán a sentirse útiles y capaces, verán que pueden valer tanto como los adultos y que se cuenta con ellos para tareas que son importantes y que ellos las consideran como tales, creando así niños más valientes y más autosuficientes.
Darle al niño mayor la responsabilidad de echar un mano del cuidado del menor también ayuda a eliminar el posible sentimiento de celos que éste pueda tener, y se sentirá más capaz y querido por tener esa clase de responsabilidad.
Recurrir a los límites o normas. Se establecen a través de una palabra sencilla: No! Pero antes de decirle no por todo, él niño ha de conocer los límites, no basta un simple no, se ha de explicar cuál es el motivo, sino aprenderá que es una imposición, pero no sabrá por qué, o incluso no llegará a entenderlo, y buscará el desafío. Basémonos en la comunicación. Pongámonos en su piel, pues dependiendo de la edad tampoco las palabras son tan potentes, a veces tenemos que comunicarnos con ellos a modo de sentimientos.
Seguro que os suena la idea de que si tenéis miedo a algo, por ejemplo, a los perros, el mejor modo de eliminarlo es enfrentarse a ello, acercarse un perro, o porqué no! Adoptar uno!
Ansiedad y miedo – Psicólogo en Salamanca – Sara M Pelaz Psicología
No es una idea nueva, y finalmente siempre acabamos cayendo en ella casi por sentido común. Ya Freud lo recomendaba hace cerca de 100 años. Así que ya desde el psicoanálisis se entendía que la solución no solo pasaba por hablar y hablar de las cosas sino que también había que enfrentarlas en la vida real.
Lo que si es más complicado es saber cuándo y cómo hemos de llevar a cabo este afrontamiento. En ocasiones se hace de un modo incorrecto y puede llevar a lo contrario a lo que queremos conseguir. Es decir, en lugar de eliminar el miedo que pretendemos eliminar, éste puede acrecentarse, también se conoce como sensibilización. Y ocurre cuando el estímulo provocador del miedo provoca un miedo cada vez mayor. En el caso que os expongo, si llegara a ocurrir podría haberse dado por un incorrecto afrontamiento.
Entonces, ¿Cómo hacer que sea correcto, y por tanto consiga eliminar el miedo?
Lo primero que tenemos que intentar averiguar es si nos conviene la exposiciónen ese momento preciso, o si por el contrario tenemos que hacer un trabajo previo. Me explico: si tienes un temor muy grande, algo que creemos insuperable, algo que solo con oír que puede estar cerca te pone los pelos de punta, y te hace buscar la salida más rápida, si te lanzas sin prevenciones, lo más probable es que termine por salirte mal el “experimento”. Puedes bloquearte, desmayarte… y por último incrementar el miedo y disminuir la seguridad en la posibilidad de enfrentarlo de nuevo, lo que hará que te sea más difícil enfrentarte a ello en el futuro.
¿Qué hago entonces?
Por un lado hay que explicar que hay diferentes métodos de exposición, o más bien, de afrontamiento. Hasta ahora parece que hablaba de la inundación, pues la inundaciónconsiste en meternos de lleno en el lugar temido sin prevención alguna. ¿Y esto puede funcionar? Claro que sí. Pero depende del miedo, de la motivación… Sin embargo, la exposición que tiene el as en la manga, es decir, aquella que va a ser nuestra dulce compañera en una situación como la anteriormente descrita, ha de ser una exposición graduada. La forma de graduar la exposición es ir acercándonos a lo que tememos de manera graduada, es decir, haciéndolo poco a poco, estableciendo pequeños pasos o subobjetivos, para llegar a nuestro objetivo final. Podemos ir acercándonos poco a poco.
Pero por otro lado, algo que seguro nos va a ayudar de cara al enfrentamiento del miedo vía exposición, es la realización de determinados ejercicios previos,como por ejemplo: relajación, exposición en imaginación, entrenamiento en un pensamiento positivo y sobretodo realista (pues no sirve si es muy positivo, pero de tan positivo que es no me lo creo) y …
También nos puede ayudar buscar un momento propicio para llevar a cabo dicha exposición. Por ejemplo, un momento de menor estrés en el trabajo o estudios, o durante las vacaciones, un momento donde podamos tener compañía o apoyo emocional… porque todo esto facilitará nuestro trabajo.
Además, es probable que para ciertos miedos muy traumáticos y dolorosos, puedas necesitar un tiempo de preparación psicológica mayor, y el refuerzo y aumento de la seguridad y confianza en ti mismo.
¿Qué miedos pueden eliminarse de este modo?
Hay miedos o situaciones que son ideales para la práctica de esta técnica. Por ejemplo las fobias espe
cíficas, es decir los miedos a determinadas cosas o situaciones muy concretas, como son los miedos a algún animal,
Fobia – Psicólogo en Salamanca Sara M Pelaz Psicología
miedo a volar, miedo a conducir, miedo al tren o al metro, miedo a ir en coche (en especial tras algún accidente), miedo a los lugares cerrados como ascensores o locales pequeños tipo teatro o cine, miedo a las alturas, miedo a lugares con mucha gente como la calle o grandes almacenes, miedo a hacer cosas solo (aquí ya lo relacionaríamos con la fobia social).
Miedo – Psicólogo en Salamanca Sara M Pelaz Psicología
También está indicado en los cuadro obsesivos, o trastornos obsesivo-compulsivos donde hemos de hacer frente a las obsesiones o dejar atrás las compulsiones como por ejemplo la búsqueda del orden de manera incesante, el lavado repetitivo de manos, miedo a la contaminación o contagio, la comprobación (¿me habré dejado la puerta abierta? ¿habré apagado la llave del gas?…)…
En situaciones miedo social, es decir vergüenza o timidez, también denominado fobia social, como el miedo a hablar en público, miedo al contacto humano, a hacer cosas solo, exponer algo delante de una persona o de un grupo, hablar con desconocidos, flirtear o buscar una relación, o incluso hablar con personas del sexo opuesto sin buscar ninguna relación.
Podría seguir sumando un largo etcetera pero lo importante es reseñar que esta técnica nos sirve para muchas situaciones muy comunes, que de no superarse pueden llegar a convertirse en una pesadilla.
En cada caso va a ser diferente, incluso entre dos personas con el mismo miedo, la escala de exposición también va a ser diferente, pues somos diferentes, toleramos el miedo de manera diferente, y además pese a que sea el mismo miedo, cada uno tenemos nuestras ideas irracionales o no, y es por ellas por quiénes debemos empezar.
Entonces… ¿es un solo… HAZLO!?
Aunque parezca muy sencillo, no lo es tanto. No es solo “just do it”, sino que hay ciertas puntualizacionesque debemos tener en cuenta. Hemos de seguir algunas pautas para que no ocurra lo que comentábamos al principio, pues si sale mal, en lugar de conseguir eliminar nuestro miedo, habremos conseguido exactamente lo contrario, la sensibilización de la que os hablaba al principio.
Psicólogo en Salamanca Sara M Pelaz Psicología
Así pues las pautas a seguir son las siguientes:
las exposiciones deben ser largas y repetidas. Sí, he dicho laS. No vale con hacerlo una vez, ojalá, pero no, no hablamos de milagros, hablamos de técnicas de modificación de conducta.
no debemos abandonar la situación aunque lo estemos pasando mal. Podemos caer en la hipersensibilización. Hay alguna salvedad a esta regla pero debemos usarla con cuidado. Si la ansiedad fuera excesiva podríamos salir de la situación por un período breve de tiempo, con el compromiso de volver a la situación tan pronto como esa ansiedad haya bajado un poco.
Solo se debe abandonarla situación cuando la ansiedad haya disminuido significativamente.Es decir, cuando hayas comprobado que lo que temes no es peligroso. Por ejemplo, solo debo alejarme del perro, cuando me sienta tranquila a su lado, y compruebe que el miedo a que se abalanzara sobre mí y me desarmara era irracional pues no ha ocurrido.
Ha de hacerse de manera jerárquica, escalonandoel aproximamiento, desde lo más fácil de afrontar a lo más difícil.
Acompañarlo de las técnicasanteriores de relajación o cambio de pensamiento lo hará más fácil.
Refuérzate por tus logros.
¿Y el miedo se va para siempre?
Una solo sesión puede no servirte, aunque te sorprenderá saber que hay casos en los que así ocurre.
Sin embargo lo importante no es tanto dejar de sentir miedo. El temor es adaptativo, la ansiedad lo es. Por tanto la cuestión principal no es eliminarlo, sino en que seas capaz de enfrentarte a ello, y puedas hacer aquello que temes siempre que sea necesario.
Con el paso del tiempo y la repetición, sí puede darse la eliminación del miedo por completo. Entonces, ¿qué te frena para no intentarlo?
Vencer el miedo – Psicólogo en Salamanca Sara M Pelaz Psicología
Buenas tardes chicos, hoy os quería contar un secreto…….
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Si te falla la concentración, la motivación, no sabes hacer esquemas o resúmenes, te cuesta organizar tu tiempo, no sabes aprovechar el tiempo de estudio y en definitiva todo se te hace cuesta arriba este es tu curso.
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Fin del secreto 😉
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