Control de la ansiedad –>
Conócela.
¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?
DE MANERA MÁS CONCRETA, ¿CÓMO FUNCIONA LA ANSIEDAD ANTE EXÁMENES?
En este capítulo vamos a centrarnos en la ansiedad ante exámenes aunque bien podríamos aplicar buena parte de esta explicación a otras situaciones generadoras de ansiedad.

En ocasiones sentimos diversos síntomas de ansiedad, a diferentes niveles: cognitivo, fisiológico o comportamental. Dada la incomodidad de estos síntomas, sensación de incontrolabilidad e interferencia en la actividad que estamos realizando, queremos por todo los medios posibles eliminarlos, eliminar la ansiedad. Pero ¿cómo podemos eliminar algo que aun no conocemos? ¿Cómo podemos vencer al enemigo si no sabemos cómo actúa? Aunque como metáfora me pareció graciosa, la ansiedad no es nuestro enemigo. Al revés, la ansiedad se compone de diversos síntomas que son en realidad nuestros protectores. O pretenden serlo, pues aparecen ante una situación que consideramos peligrosa y sirven para ponernos en acción para poder enfrentarnos, defendernos o huir de tal situación. Pero disculpadme, porque estoy yendo muy rápido, vamos paso a paso:
La ansiedad tiene que ver con la interpretación que cada uno hace de la realidad que le rodea. En referencia a los exámenes o pruebas, la ansiedad tiene que ver con la interpretación de dicha prueba.
“La ansiedad no viene provocada por un examen o prueba, sino por las consecuencias que cada uno deriva de ello”. Pero estas consecuencias no tienen porqué ser las reales, sino las que cada uno cree que ocurrirán.
Por ello la ansiedad aparece cuando esas consecuencias que el alumno anticipa son negativas, ya que percibe esa prueba o examen como un a amenaza, dado que de ella derivará algo negativo.

¿Cómo reacciona el cuerpo cuando detecta un peligro o amenaza?
Imagínate que vas solo por un camino en el bosque, y al doblar una curva ves un perro en medio del camino que se pone a gruñir, ladrar y enseñarte los dientes. ¿qué ocurre? ¿qué empiezas a notar en tu cuerpo? ¿qué piensas? ¿qué sientes? Intenta responder antes de seguir leyendo.
Probablemente empieces a sentir una aceleración física que podemos catalogarlo de ansiedad, pero veamos síntomas concretos. Aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la tensión, respiración acelerada y superficial, sudoración, reacciones impulsivas como el intento de huir, búsqueda de la posibilidad de escape. Toma de decisiones muy rápida: ¿Huyo, ataco, me defiendo?… podríamos seguir pero con esto nos valdrá para entenderlo. ¿Se parecen en lago estos síntomas a lo que ocurre con ansiedad ante exámenes? En esencia es lo mismo.

En este caso has detectado al perro como una posible amenaza. En el caso de la existencia de una prueba o examen difícil, cuyas consecuencias valoramos como negativas o muy importantes, ocurre lo mismo, valoras la situación como amenaza o peligro.
No todos consideramos peligro o amenaza a las mismas cosas, la mayoría de ellos no son innatos, como por ejemplo ocurre con los exámenes. Estos probablemente provocan un nivel de malestar y nervios aceptable a todo el mundo pues son una situación de evaluación, donde se nos pone a prueba y entendemos que debemos mostrar la mejor versión de nosotros mismos. Pero ¿qué pasa cuando queremos mostrar algo a alguien que se nos ha dado bien estando solos? Puede que fallemos con una más alta probabilidad que cuando estábamos solos. ¿cuál crees que es el motivo?
El motivo es que nos sentimos dentro de esa situación de evaluación, y sentir la necesidad de mostrar lo mejor de nosotros mismos. Comenzamos a sentirnos presionados. Comenzamos a sentir un peligro o amenaza. ¿Real? Probablemente no, pero desde ese momento nuestro cuerpo reacciona como si lo fuera y pueden comenzar todos los síntomas naturales de la ansiedad en mayor o menor intensidad, dependiendo del grado de importancia que demos a esa amenaza, o de la importancia que demos a las consecuencias. ¿Cuál es el objetivo de dichos síntomas de ansiedad que son naturales ante la sensación de amenaza? Pues los mismos que en el ejemplo del perro.
-
Resolver la amenaza, alejarse o vencerla.
La ansiedad prepara al cuerpo para atacar, defenderse o huir.
Somos así biológicamente hablando. Funcionamos, reaccionamos así ante las amenazas. Nuestros antecesores los primates, también reaccionaban así. Si veían a un posible atacante comenzaban a sentir los mismos síntomas, aceleración cardíaca, aumento de la tensión, pensamiento acelerado… todo ello con la finalidad de lograr vencer a esa amenaza o al menos librarse de ella. A ellos les funcionaba, dado que su amenaza si se resolvía atacando, defendiéndose o huyendo.
Pero con el paso de los años, las amenazas a las que nos enfrentamos han cambiado mucho, sin embargo fisiológicamente hablando funcionamos igual. Si detectamos una amenaza se activará el mecanismo de la ansiedad para poder hacerla frente. El problema es que ahora nuestras amenazas no se resuelven atacando, defendiéndonos o huyendo. Ahora ya no son amenazas en el sentido estricto de la palabra. Son demandas. Son situaciones que demandan nuestra atención, y nuestros recursos, como ocurre con un examen o prueba. Solamente lo vemos como amenaza al interpretar las posibles consecuencias.
Sobra decir que la ansiedad es algo natural por tanto, y completamente adaptativo, que nos ayuda a enfrentarnos a situaciones amenazadoras. Pero cuando la situación que hemos considerado amenazante no se resuelve con los síntomas que la ansiedad nos proporciona podremos decir que esta ansiedad está siendo desadaptativa.
Realmente la ansiedad en su justa mediad si sería adaptativa incluso para un examen. ¿Cómo es posible? ¿Qué me brindaría la ansiedad? Piénsalo antes de seguir leyendo.
Lo que puede brindarnos esta ansiedad es una presión para la acción, nos impele a actuar, a mejorar, a tomarnos en serio lo que tenemos entre manos. Nos pone las pilas, y nos ayuda a mejorar la concentración y la atención.

¿Puede ser beneficioso?
El estrés no es otra cosa que energía que nos ayuda a ponernos en marcha. Por tanto, podemos afirmar que “el estrés (en su justo punto) es una reacción normal y positiva ya que esta actúa como un protector preparándonos para la acción; sin esa dosis de energía vital no afrontaríamos los desafíos que nos plantea la vida”.
Por eso, el estrés regulado y adecuado contribuye positivamente a la concentración, a la potencia física. De hecho, los deportistas cuando van a competir suelen obtener mejores resultados si su nivel de ansiedad es más elevado de lo habitual.
En el campo de la psicología existe una evidencia muy estudiada que recibe el nombre de ley de Yerkes y Dodson que describe la relación que existe entre ansiedad y rendimiento y establece que el rendimiento óptimo se obtiene con niveles medios de activación.
Sin embargo, no siempre es así. En algunas ocasiones, la ansiedad deja de ser adaptativa y acaba provocando muchas molestias, desasosiego y sufrimiento. “En este caso se convierte en un inhibidor del rendimiento, entorpeciendo la capacidad de atención y concentración”.
Es decir si esta ansiedad es muy alta, si valoro dicha prueba como una amenaza real con consecuencias negativas, ésta, la ansiedad ya será desadaptativa. Se interpondrá entre nosotros y nuestro fin, en este caso, aprobar.
¿Y entonces, qué crees que podemos hacer? Si la ansiedad es un mecanismo natural que se activa al detectar una amenaza, y esto es y será siempre así. ¿Qué debemos hacer?
El primer paso para poder manejar la ansiedad y el estrés es reconocerla y detectarla. “Esto, aunque parezca sencillo, no siempre lo es. Aprender a observar nuestro estado anímico resulta una tarea muy importante”. Lo siguiente es aprender a gestionar dichas emociones y para ello no hay que olvidar que siempre nos movemos en tres planos: fisiológico, mental y conductual. “En la mayoría de las ocasiones nos empeñamos en modificar nuestra conducta y nos olvidamos de la verdadera raíz del problema que se encuentra en el plano mental y emocional”.
Ahora que la conoces si necesitas ayuda para poder vencerla no dudes en buscarla. Por sí misma no tiende a desaparecer, sino más bien lo contrario.
Para más información, reserve de cita, o cualquier consulta:
e-mail: info@pelazpsicologia.es
Teléfono y Whatsapp: 610670061
página web: http://www.pelazpsicologia.es
